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Sebastien Ogier ha ganado un nuevo título del WRC.
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Thierry Neuville y Ott Tanak, también aspirantes, no pudieron lograr su objetivo.
Sebastien Ogier, campeón. Había tres pilotos con opciones de lograr el triunfo final en el Mundial de Rallys este año. Una vez más, el francés se lleva el trofeo a casa.
La alegría va por barrios… y en Australia, ha sido Ogier el más sonriente, pues su quinto puesto en la prueba le ha valido para hacerse con su sexto mundial consecutivo de Pilotos en el WRC. El contraste lo ponen Thierry Neuville y Ott Tanak, los únicos que podían quitarle la gloria, aspirantes ellos mismos al título. Pero ambos chocaron mientras intentaban mantener vivas sus opciones al triunfo.
El francés se mantuvo calmado en unas pistas que la lluvia había transformado en barro. Pero sus rivales no tuvieron tanta suerte: Neuville tuvo que dejar su Hyundai i20 WRC en la cuneta a falta de tres tramos del final, tras arrancar una rueda. En la siguiente especial, Tanak chocó contra un árbol y la actuación de su Toyota Yaris acabó allí.
El Ford Fiesta de Ogier siguió, impasible, hasta llevar al piloto a su sexto título consecutivo. Ha ganado todos los campeonatos desde 2013 y está a tres de igualar los nueve de su compatriota Sebastien Loeb. «La temporada ha sido increíble, con todos los contrincantes tan cerca. No hace mucho, estábamos pensando lo complicado que iba a ser conseguir la victoria, pero nunca nos rendimos. Lo hemos dado todo, apoyados por un equipo fantástico», ha comentado Ogier, que el año que viene pasará de M-Sport a Citroën.
La salida de pista de Tanak dejó el primer puesto a su compañero de escuadra, Jari-Matti Latvala, que no subía a lo más alto del podio desde febrero de 2017. Esa victoria ha significado el título de Constructores para Toyota, que logra el triunfo en su segunda temporada en el WRC, tras una ausencia de 17 años.
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