Gasolineras baratas. Se las conoce como «low cost» y seguro que tienes varias cerca. Pero, como indican en Elpais.com, la calidad de sus combustibles se pone en duda. ¿Cuáles son las diferencias respecto a las estaciones de servicio habituales?
El precio medio de la gasolina de 95 octanos en España es de 1,29 euros. Pero ese mismo carburante en una gasolinera low cost puede suponer hasta 20 céntimos por litro menos, lo que significa que ahorrarías 8 euros si llenases un depósito de 50 litros.
El diario online va más allá con sus cálculos y estipula que, para un gasto medio de 6 l/100 km y un total de 15.000 km al año, ahorrarías 180 euros si repostases en este tipo de estaciones de servicio. El dato es lo suficientemente jugoso como para que muchos conductores se lo piensen, pero las reticencias también están ahí. No nos fiamos al 100% de la calidad de esos combustibles y, además, varias leyendas urbanas se han encargado de echar más leña al fuego. ¿Qué hay de cierto en ellas?
La verdad es que cualquier carburante que se comercialice en nuestro país ha de cumplir, por ley, unos requisitos mínimos; éstos se encuentran publicados en el Boletín Oficial del Estado. Y, aunque las gasolineras baratas los satisfacen, Andreu Puñet, presidente de la Asociación Española de Productos Petrolíferos (AOP), comenta que los que se venden en las estaciones tradicionales «ofrecen un plus de calidad gracias a su mayor octanaje y al uso de componentes especiales».
Esta entidad agrupa a petroleras como BP, Cepsa, Galp o Repsol, cuyos aditivos «mejoran la vida del motor, reducen la suciedad y aumentan la lubricidad y eficiencia. Dependiendo de la gama de dichos aditivos, algunas compañías garantizan un ahorro de combustible de entre el 3 y el 4%. Así lo certifican en sus laboratorios y bancos de pruebas», declara a Elpais.com.
Si extrapolamos esto al ejemplo anterior, significa que el vehículo consumiría 5,76 l/100 km, no 6, con una gasolina de mayor calidad… pero ese ahorro no compensa económicamente. Así, ¿debemos decantarnos por las estaciones de servicio habituales debido a sus aditivos específicos? No está nada claro. Los rumores sobre las averías que desaparecen cuando cambias de surtidor no están infundados, al parecer, pero también hay que tener en cuenta que un carburante económico no tiene por qué ser malo. «El combustible se compra a la Compañía Logística de Hidrocarburos, como todas las petroleras que operan en España, y ya viene aditivado de origen. Las grandes compañías puedes sobreaditivarlo, pero la base es la misma. Damos al cliente lo que necesita: productos de muy buena calidad», asegura Jean Pierre Medel, portavoz de los hipermercados E. Leclerc.
Así, la diferencia de precio vendría de la elección de las grandes petroleras, que se decantan por un carburante de mayor calidad y una mejor atención, además de otro tipo de servicios, como las tiendas, explica Puñet. Pero Medel afirma que «la clave está en el margen que se quiera aplicar. El nuestro es reducido, pero vendemos muchos litros. El secreto está en rentabilizar con poco margen y mucho volumen», añade.
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