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Si es posible, para en un lugar seguro y espera a que la tormenta remita
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El coche te protegerá de los rayos
Conducir con tormenta. El verano toca a su fin y el otoño ya está aquí, aunque todavía quedan jornadas calurosas por delante, las tormentas empiezan a aparecer. Si quieres saber cómo enfrentarte a ellas mientras estás al volante, sigue leyendo…
A todos nos ha pasado: vas en el coche y unas enormes gotas empiezan a caer sobre el cristal, acompañadas de viento fuerte. De repente, los limpiaparabrisas no son capaces de evacuar el agua y te quedas sin visibilidad. Para salir de esta situación lo mejor posible, la DGT ha elaborado una serie de consejos, con el fin de que sepas cómo conducir con tormenta.
- Lo más recomendable en caso de tormenta es parar en un lugar seguro (como una vía de servicio), avisar a quien nos espere de nuestra detención y quedarnos allí hasta que la tormenta remita.
- Si no es posible y debes seguir conduciendo, circula con calma: el asfalto mojado y la alta velocidad no son una buena combinación.
- La visibilidad suele reducirse en estos casos: si vas a conducir con tormenta, enciende los faros del coche para hacerte ver.
- Extrema las precauciones y amplía la distancia de seguridad con el fin de evitar colisiones.
- Cuidado con las frenadas largas: el agua sobre el asfalto hará que el vehículo tarde más en detenerse. No pises a fondo el pedal y frena poco a poco.
Si caen rayos…
- Siempre que estés al volante en plena tormenta, has de poner especial atención y cuidado, pero la situación se agrava si está acompañada de aparato eléctrico. Según la AEMET (Agencia Estatal de Meteorología), en España caen 1,3 millones de rayos al año; la mayoría de ellos, de junio a septiembre.
- No tengas miedo a los rayos: el coche es un lugar seguro para resguardarse. Las ruedas de goma actúan como aislante, así que la corriente eléctrica no entrará en el vehículo. La carrocería es el conductor de dicha corriente; si es alcanzada por un rayo, la carga se distribuirá por la superficie metálica, pero no entrará en el interior. Los pasajeros estarán seguros mientras no toquen las partes metálicas del interior.
- Aunque el vehículo actúe como Jaula de Faraday si le cae un rayo (aislando, por tanto a sus ocupantes), sufrirá daños: la pintura quedará perjudicada en la zona del impacto y la electrónica del coche presentará problemas.
Cómo evitar el aquaplaning
Cuando el firme de la carretera o vía va perdiendo su capacidad de absorción o cuando las precipitaciones de lluvia son elevadas, se crea una película con demasiada acumulación de agua para que los neumáticos sean capaces de evacuarla al pasar por encima. Esto hará que las ruedas se deslicen por encima del agua acumulada.
Si se produce notaremos que la dirección comienza a flotar y, lo primero que deberemos hacer, será reducir la velocidad. No hay que reaccionar utilizando el freno como respuesta, sino levantar el pie del acelerador y sujetar con firmeza el volante. No variaremos la dirección del volante hasta que notemos que notemos que las ruedas recuperan la adherencia.
Atento a las marcas del suelo
La señalización que encontramos en el suelo de las carreteras, pintadas con rayas blancas, son muy peligrosas cuando están mojadas. Debemos intentar no pisarlas con el coche o la moto en apoyo, con la dirección girada, ni acelerar cuando tenemos las ruedas de tracción encima de ellas.
También hay que tener el mismo cuidado con los pasos de peatones, ya que su pintura, aunque en la actualidad es mejor, siguen siendo algo peligrosos.
Los elementos que deben estar a punto para conducir con una tormenta
Los especialistas de EuroTaller establecen una serie de puntos que debemos revisar para afrontar un viaje con las máximas garantías… aunque se desate una tormenta.
- Limpiaparabrisas. Las escobillas han de estar en buen estado: si la goma presenta desgaste, no «barrerá» de forma adecuada la luna y, por lo tanto, no retirará el agua de forma correcta. Si conduces bajo una tormenta intensa, la visibilidad se verá seriamente reducida.
- Iluminación. Este tipo de fenómenos meteorológicos oscurecen el día, por lo que ver y ser vistos es primordial. Si los grupos ópticos del coche no funcionan bien, te pondrás en peligro a ti mismo y al resto de los usuarios de la vía. Una visita al taller bastará para cerciorarse de que todo «trabaja» de forma correcta.
- Neumáticos. Con la lluvia, la adherencia de las ruedas disminuye. Unas cubiertas desgastadas no responderán bien en esta situación, pues alargarán la distancia de frenado. Comprueba que el dibujo de los neumáticos tiene la profundidad adecuada; si no es así, toca cambiar las ruedas.
- Amortiguadores. Son esenciales para el comportamiento del coche, y más con la conducción con lluvia. controla los movimientos de la carrocería y el óptimo atcto de dirección que nos permita mantener el eje delantero y trasero sin pérdidas de adherencia.
- Frenos. Con lluvia, la efectividad de los frenos disminuye y las frenadas se alargan notablemente. Pastillas, discos y la presión del circuito de frenado deben estar en las condiciones adecuadas para que la seguridad no se vea alterada en cualquier circunstancia y más cuando la calzada está deslizante con la lluvia.
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