Con el mes de diciembre a la vuelta de la esquina se inicia una de las épocas del año en las que se produce un mayor número de desplazamientos en las carreteras españolas y con ellos la odisea que todos hemos vivido alguna vez: ¿cómo hacemos para que las maletas entren en el vehículo?. La forma más segura para garantizar no solo que quepan sino que estén colocadas de forma segura es con un portaequipajes de coche, unos sistemas que permiten expandir la capacidad de carga y llevar todo lo que necesitamos de una forma más sencilla. En ocasiones intentamos optimizar al máximo el espacio y terminamos por trasladar parte de esta carga al interior del vehículo pero ¿está realmente permitido?
Transportar equipajes en los asientos traseros
Según se establece en el artículo 14 del Reglamento General de Circulación “la carga transportada en un vehículo, así como los accesorios que se utilicen para su acondicionamiento o protección, deben estar dispuestos y, si fuera necesario, sujetos de tal forma que no puedan: arrastrar, caer total o parcialmente o desplazarse de manera peligrosa”. El incumplimiento de esta norma puede suponer una sanción de hasta 200 euros.
El sentido de esta prohibición es proteger, en todo caso, a los pasajeros del vehículo ya que, según los datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), en caso de producirse un frenazo en seco, la propia inercia puede provocar que cualquier objeto que haya en el interior del vehículo y no esté debidamente anclado llegue a multiplicar su peso por cuarenta cuando se circula a una velocidad de 50 km/h.
Con todo ello, si decidimos llevar parte de las maletas en los asientos traseros hay que tener en cuenta que deberán estar en todo caso sujetas mediante el cinturón, redes de sujeción u otros dispositivos o complementos diseñados para transportar el equipaje. También hay que tener en cuenta que, en ningún caso, deben obstaculizar el campo visual del conductor.
¿Y qué pasa con las mascotas?
A la hora de transportar mascotas nos encontramos con la misma disyuntiva. El animal que viaja con mayor frecuencia en los utilitarios particulares son los perros. En ocasiones, por las dimensiones del animal, no es del todo seguro llevarlo en los asientos traseros y es preferible optar por un portaperros para bola de remolque.
Tal y como apuntan desde la DGT la normativa de tráfico exige que los animales deben estar bien sujetos en el interior del vehículo para evitar que interfieran en la conducción. Es por ello que es necesario instalar en el coche un sistema de retención. Son muchas las variedades que existen de ellos, desde arneses de uno o dos anclajes, hasta transportines en el suelo el maletero, pasando por rejillas rígidas para el maletero o los mencionados portaperros.
La elección de uno u otro dependerá del criterio del conductor en atención a las dimensiones del animal. Así, para las mascotas pequeñas se suele usar un transportín en el suelo del vehículo. Desde la DGT insisten en que se elija el sistema que se elija el animal “nunca debe ir en brazos”.
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