5. El coche norcoreano, sencillo pero efectivo
Kim-Jong un, presidente de Corea del Norte, posee un Mercedes-Benz S600 (W221) Pullman Guard, que normalmente «solo» cuesta 150.000 euros.
Pero por 1 millón más, se le han añadido diversas medidas de seguridad. Su carrocería aguanta los disparos de un rifle de asalto o una granada explosiva. Además, el vehículo va siempre rodeado de un grupo de 12 guardias como precaución extra.

Así, el presidente sigue la tradición «mercedística» inaugurada por su abuelo. Este poseía dos de los doce llamados presidential landaulets, una variante del modelo tradicional, con una mayor capota.
6. El «abuelo» uruguayo, uno más

El expresidente de Uruguay José Mujica, era un hombre sencillo, como lo demostró su coche oficial. Rechazó los vehículos disponibles en el garaje gubernamental por su el suyo propio. Un clásico Volkswagen Escarabajo azul de 1987. Por aquel entonces, Mujica era apodado «el presidente más pobre del mundo».
Curiosamente, su coche despertó mucho interés. Y al parecer jeque árabe ofreció comprarlo por casi 1 millón de euros, lo que el mandatario rechazó. En resumidas cuentas, un vehículo de un valor sentimental incalculable.
7. Aire inglés en Oceanía

George Tupou V, ex regente de Tonga, una pequeña isla en medio del Pacífico, también tuvo un atípico coche con el que moverse. El monarca eligió un tradicional «black cab», el taxi londinense, que apenas cuesta 5.500 euros. En sus palabras, estos tiene «las proporciones adecuadas para subir y bajar… con espuelas y espada». Desde luego, algo de lo que no tiene que preocuparse unos padres al escoger el coche familiar.
Este excéntrico capricho se deba probablemente a que el rey estudió en Oxford y Sandhurst. De hecho, una placa en el distrito londinense de Bayswater le recuerda como «reformador, viajero, anglófilo».


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