La mayoría de coches cuando tienen unos años suelen sufrir una serie de averías y fallos muy comunes. En ese momento lo ideal es que lo lleves a reparar. Por ello te contamos los problemas más comunes en los coches para que los puedas evitar y porqué debes llevarlo a un taller. Esto evitará que tengas que ir varias veces más adelante y que pases la ITV a la primera la próxima vez que te toque.

Airbag
Hoy en día es uno de los sistemas de seguridad imprescindibles en cualquier coche. Normalmente su vida habitual es de 10 años, a partir de ese tiempo tu testigo se iluminará en el cuadro de mandos. Si es así no dudes en acudir al taller para cambiarlo ya que puede ser una causa muy grave en los accidentes. Si aún no te ha avisado, trata de hacerle una revisión.
Bombillas
Lo más habitual con las bombillas es que se fundan, a veces ocurre porque el coche ha sufrido picos de tensión. Su vida habitual es de cinco años si no son LED. Hay muchas otras razones para que las bombillas puedan llegar a fundirse como la humedad, antes de acudir a un taller puedes intentar cambiarlo tu mismo. Si no es posible acude al taller, no es una reparación que implique desembolsar demasiado dinero.
Cambios de correa
Estas piezas pueden desgastarse tanto como el resto, recuerda que es conveniente revisarlo antes de viajes de larga distancia. Aunque siempre hay que estar prevenido, te puede pillar en cualquier lugar la necesidad de hacer esta reparación. Hay muchos talleres con ofertas interesantes, por ejemplo estos talleres mecánicos de cambio de correa Martorell tienen opciones más que interesantes. Las correas de distribución son una reparación algo costosa pero imprescindible para el correcto funcionamiento de tu coche ya que afecta directamente al motor. Cámbiala cada 5 o 7 años y cuando el kilometraje sea mayor de 60.000 o 160.000 kilómetros, evitarás la rotura.
Brazos de suspensión
Es donde se encuentran los amortiguadores y manguetas, aunque normalmente duran toda la vida útil del coche es conveniente que las revises en un taller. Si llegasen a romperse podrían resultar un riesgo de accidente muy grande ya que podrías perder la dirección o incluso alguna rueda. Su sustitución puede llegar a ser de 150 euros, por lo que no será el cambio más caro que puedas encontrar.

Corrosión
Aunque por lo general todos los coches están tratados para evitar la corrosión de la carrocería, a veces puede llegar a formarse óxido en las partes inferiores. Suele ocurrir porque son las partes más expuestas al agua, suciedad y humedad. Al ser algo fácilmente visible puedes revisarlo a menudo y a los primeros síntomas repararlo. Normalmente suelen lijar la zona, aplicar una masilla que lo solucione y repintar la zona. Si lo dejas durante demasiado tiempo la reparación puede resultar muy cara.
Discos y pastillas de freno
Son los que ayudan a reducir la velocidad cuando frenas, por lo que una vez más son imprescindibles. Aunque en muchas ocasiones su duración es en función del tipo de conducción realizado y del coche en sí. Suelen aguantar más de 100.000 kilómetros, 60.000 km en el caso de las pastillas de freno. Si notas que el volante vibra mucho al frenar o tiene óxido, acude al taller para repararlo. El cambio de las pastillas suele aparecer en el testigo del cuadro de mandos. El precio es variable pero puede costar unos 100 euros, un poco menos en las pastillas.

Fallos electrónicos
Como cada vez los coches van dotados de más sistemas electrónicos, los fallos en este aspecto también han aumentado. Todo aquello que depende de sensores o conexiones electrónicas pueden ser causa de fallos, especialmente en faros, limpiaparabrisas, climatizadores… Son fácilmente detectables y su reparación está sujeta al tipo de coche mayoritariamente.

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