Comprarse un coche, nuevo o de segunda mano, no siempre es fácil. El desembolso económico que supone exige hacer un análisis en profundidad de las alternativas y facilidades que ofrece el mercado para hacer más cómoda la adquisición. Una financiera de coches nos asesorará de todas las alternativas y productos disponibles con los que poder tener el coche de nuestros sueños, eso sí, con un plan de pagos ajustado a nuestras necesidades.
En la actualidad, cada vez son más los fabricantes de vehículos que cuentan con auténticos paquetes de servicios para agilizar la compra de los coches. Sin duda, es una gran alternativa que consigue agilizar la gestión del trámite, algo que supone también una gran ventaja para los clientes que verán reducidos sustancialmente los plazos.
¿Qué productos financieros ligados al coche existen?
El servicio financiero asociado a la adquisición de coches por excelencia es el de financiación. A través de él, y con un sistema de cuotas determinadas en función de la capacidad de pago del cliente, se divide el coste total del vehículo (sumado a unos intereses) en el número de plazos elegido. Es una gran opción puesto que, en la mayor parte de los casos, los fabricantes que ofrecen estos servicios disponen de unos intereses más bajos y unas mejores condiciones que las que se pueden encontrar en entidades bancarias.
Otro de los servicios más extendidos son los seguros. Cada vez son más las personas que acuden a financieras para contratar estos productos hechos a medida, como por ejemplo los de pérdida de carné, los de neumáticos o los de cobertura de franquicia. Hay que tener en cuenta que con muchos de los seguros se incluyen entre los servicios revisiones en talleres especializados en los que se hace seguimiento y control del vehículo y nos puede ayudar a conocer aspectos que, en ocasiones, se nos escapan como cada cuánto cambiar correa distribución, cada cuánto cambiar los amortiguadores o cómo comprobar el reglaje de las luces.
Uno de los servicios estrella es el renting de coches que, en los últimos años, se ha posicionado como una de las soluciones de movilidad preferidas por miles de conductores. Se trata de un contrato en virtud del cual disponemos de un vehículo a largo plazo a cambio del pago de una cuota mensual, en la que se incluyen todos los gastos de mantenimiento, así como el seguro o la gestión de multas. Una de las grandes ventajas de esta alternativa es que, una vez finalizado el contrato, puedes suscribir uno nuevo con un coche diferente.
Una fórmula muy parecida es el leasing, en el que también podremos disfrutar de un vehículo a largo plazo a cambio del pago de una cuota mensual. Sin embargo, en esta cuota no se incluye el mantenimiento, las averías, el pago de impuestos o el seguro, así como gastos derivados. La cuota es más baja que en el caso del renting. En ambos casos, al finalizar el contrato se abre la posibilidad de adquirir el vehículo.
Además de estos hay otros servicios financieros cada vez más demandados por los clientes, como pueden ser las extensiones de garantías en las que, a cambio de un incremento, se pueden ampliar por dos, tres o cuatro años esta opción que protege los defectos de fábrica o problemas prematuros que pueda tener el vehículo.
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